lunes, septiembre 26, 2005

Las hormigas hacen patria

(Fuente: Clarín)

Hormigas argentinas invaden USA

Nos enteramos por Clarín que hormigas argentinas subdesarrolladas (son diez veces más chicas que las norteamericanas) han atacado y diezmado colonias enteras de hormigas nativas en el sur de California. Lo más sorprendente y desconcertante es el éxito obtenido por la invasoras, que son muy agresivas y se comen todo lo que se les cruza en el camino. El triunfo se adjudica, en principio, a dos razones principales: la primera, que la lagartija californiana prefiere para su almuerzo el producto nacional y rechaza el importado; no está claro si lo hace por una actitud de rebeldía al tradicional libremercado yanqui o bien, como sostienen los expertos, porque la hormiga local es de sabor dulce y el de la argentina, en cambio, es agrio y ácido. Los científicos no comprenden los motivos de esta diferencia, más para nosotros son claros: las hormigas californianas ni están “estresadas” ni son tangueras como las argentinas. Los técnicos comprobaron la diferencia de sabor, con el expeditivo método de degustar ambas especies, aunque se desmintió el rumor circulante de que a las californianas las ingerían con grandes muestras de consideración, mientras que a las argentinas directamente las engullían entre gestos e improperios. Se piensa que la segunda gran causa del notable éxito de las nuestras sobre aquellas, se debe a que las argentinas no agreden a otras colonias de connacionales, como ocurre con toda hormiga que se precie de serlo, incluída la parentela de estas mismas que habita nuestras pampas. Si bien los científicos dicen que esto es debido a que las invasoras tienen menos diversidad genética entre si – con lo cual desarrollan un gran espíritu de colaboración, tanto para la vida social como para la guerra.- podríamos pensar que alguna sabia hormiga lectora, no pasó por alto las profundas enseñanzas de nuestro Martín Fierro. También se asegura que las huestes argentinas siempre atacan primero, porque como es sabido, las norteamericanas nunca lo hacen. Durante los últimos cien años han dado amplia muestra de ello: empezaron defendiéndose en 1898, mientras observaban pacíficamente el conflicto entre Cuba y España; los españoles, cansados de esa larga e irresoluta guerra, le “volaron” a los yanquis el “Maine”, acorazado anclado en el puerto de La Habana, a fin de darles suficientes motivos para intervenir y definir la contienda en favor de los agradecidos cubanos. Estos, evidentemente, ignoraban el dicho “no hay bien que por mal no venga”. Y por último nos preguntamos: ¿Cuál es la diferencia que California esté habitada por una supercolonia de hormigas argentinas desde la frontera de México hasta Oregon, en vez de estarlo por hormigas estadounidenses? : una de ellas reside en que si las hormigas mexicanas, envalentonadas con el ejemplo, intenten recuperar su territorio tejano, las argentinas harán causa común con sus hermanas latinoamericanas, siempre y cuando, por supuesto, que nuestra Cancillería no intervenga. La otra, quizás la más importante, es que América es para los americanos. ¿O no?